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En esta ocasión, Jesús Bernal y Chus Álvarez nos explican qué son los introyectos y como afectan a nuestra percepción de la vida.

¿Alguna vez te has preguntado por qué cuando te apetece hacer algo tu cabeza «piensa» que eso no está bien?

¿Quién se lo ha dicho a tu cerebro?¿Quién ha educado a tu cerebro para «pensar»? Posiblemente, y entre otras cosas, la familia, la sociedad, la cultura, la religión… Seguramente estará bien, la mayoría nos regimos por ello y lo aprendemos desde las primeras etapas de nuestra vida. Utilizamos unas reglas para convivir.  Estaríamos de acuerdo en que no se debe robar, ni hacer daño al prójimo. Asumimos que los niños visten de azul y las niñas de rosa, las personas elegantes deben ser buenas y hay que cuidarse de las que visten pobremente, que los niños no lloran, que las navidades se disfrutan en familia… Son los introyectos.

Pero ¿y qué pasa si «sentimos» que queremos hacer algo diferente a lo que «pensamos»? Puede que nos internemos en un conflicto emocional.

Deseamos ir a la playa o hacer un viaje al extranjero, pero… entonces seré mal hijo, ¿no quiero a mi familia? ¿qué dirán los vecinos? Será mejor que me quede. Si la situación de distancia entre pensamiento y sentimiento es habitual, posiblemente no nos sintamos bien del todo, quizás nuestro humor cambie, puede que sintamos acidez de estómago, a lo mejor nuestro eczema del codo se irrita…

Conocer los introyectos y como identificarlos nos ayudará a entender y escuchar desde una perspectiva más amplia y, sin duda, mejorará nuestra capacidad de tomar decisiones sin sentirnos «culpables».